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Un hogar lejos de tu hogar…

 

Creemos firmemente que una atención exclusiva y de confianza solo puede ocurrir en una casa, cuando los huéspedes son realmente huéspedes, cuando las personas anfitrionas conviven contigo, cuando el edificio te resulta familiar, cómodo y hogareño.

Es ahí cuando ocurre la magia, cuando te conectas automáticamente con el entorno y te haces nuestro cómplice en esta aventura.

Nos apasiona conocer y convivir con personas creativas, aventureras y llenas de positivismo. Amamos nuestra ciudad y queremos que descubras lo que más nos gusta de ella, siempre teniendo en mente que tendrás un hogar al cual llegar después de tu recorrido por Oaxaca..

 
 

E l p a t i o . . .


La belleza arquitectónica de Casa Antonieta es muy especial para nosotros, procuramos conservar el inmueble original adecuándolo a las necesidades del hotel sin perder la esencia del lugar, al entrar lo primero que observas son las grandes columnas que sostienen todo el inmueble, la simetría exacta de los arcos que rodean el bonito patio central el cual permite el paso de luz creando un ambiente fresco y agradable. Es un área común donde podrás pasar tiempo tomando una taza de café mientras planeas tu siguiente tour, sentarte, relajarte o platicar, compartir historias y anécdotas con nosotros o con otros viajeros y turistas como tú.

Oaxaca guarda una herencia histórica inigualable, al recorrer sus calles te encontrarás con algunos sitios arquitectónicos que datan desde el siglo XVII, templos, casas, plazas y andadores que comparten el mismo estilo colonial español y son prueba de la gran riqueza cultural que tenemos.

Nos sentimos orgullosos al contarte que Casa Antonieta forma parte de los primeros edificios en Oaxaca, ya que a mediados de 1529 se empezó el levantamiento de la Villa española de Antequera, obra que se construyó entre las actuales calles de Independencia e Hidalgo. Nosotros estamos ubicados en la primer manzana de este proyecto. Somos parte de la construcción del antiguo convento de San Pablo el cual contiene la primer evidencia de la ocupación humana en el área de Oaxaca. Sitio que fungió como parroquia de la población indígena que vivía en los pueblos en los alrededores de la ciudad.